¿Has oído hablar en alguna ocasión del trabajo estandarizado? Se trata de una metodología de trabajo empleada sobre todo en el sector industrial -aunque podría aplicarse a la mayoría de entornos profesionales- cuyo objetivo es la optimización de procesos a través de la mejora continua. Y es que la eficiencia en la productividad es uno de los aspectos más ligados al éxito de los negocios.
Hasta la fecha han sido muchas las estrategias que se han utilizado para incrementar la eficiencia en cualquier segmento del mercado, sin embargo, no todas han tenido el mismo éxito. La estandarización del trabajo es una de las que mejor ha funcionado, si bien es cierto que está centrada exclusivamente en el factor humano de la productividad, lo que no tiene en cuenta maquinarias o herramientas digitales.
Pero, ¿en qué consiste exactamente esta filosofía y cómo puedes implementarla en tu negocio? ¿Cuáles son las mayores ventajas y desventajas a la hora de utilizas? En el presente artículo te contamos todo lo que necesitas saber para decidir si la aplicas en tu empresa o no.
¿En qué consiste la estandarización del trabajo?
Si llevas tiempo poniéndote al frente de distintos equipos de trabajo, te habrá dado tiempo a observar que no todos los empleados realizan las tareas del mismo modo. Llegados a este punto es importante señalar que no nos referimos a trabajar más o menos, sino simplemente a la metodología que cada trabajador sigue para llevar a cabo una misma acción.
Dichos modos de desarrollar el trabajo responden a factores como la comodidad, la velocidad o del punto de vista de cada cual acerca de cómo se realiza de la mejor manera una tarea. Sin embargo, al fin y al cabo hablamos de cuestiones subjetivas, pero la realidad nos dice que los datos acerca de la productividad son el mejor termómetro para conocer el mejor modo de trabajar.
En este sentido, el trabajo estandarizado consiste en observar los métodos desarrollados por cada empleado en su trabajo y escoger los mejores para cada momento de la cadena productiva. A partir de ahí, se trata de explicar al resto de trabajadores estos métodos y hacer que se extiendan. Por eso hablamos de estandarización del trabajo y por eso lo relacionamos con la mejora continua.
Aspectos clave en el trabajo estandarizado
Una de las características principales del trabajo estandarizado es que siempre se puede revisar y mejorar. Al aplicar nuevos métodos, nuevamente cada empleado introducirá variantes a la hora de desarrollarlos, por lo que posiblemente aparecerá algún modo de perfeccionar la técnica.
Por otro lado, debemos prestar atención a distintos conceptos, lo que haremos mediante la supervisión y el registro permanente de los mismos. Nos referimos al ritmo productivo adecuado para satisfacer las demandas del cliente, a las tareas que cada empleado lleva a cabo a lo largo del proceso y a la disponibilidad de todos los bienes físicos necesarios para no obstaculizar o frenar la cadena de producción.
Cómo implementar el trabajo estandarizado en tu negocio
Aunque por la explicación del concepto ya podemos hacernos una idea de cómo aplicar el trabajo estandarizado en un negocio, es importante destacar algunas cuestiones de su implementación. A priori, hemos hablado de que afecta al ritmo productivo de los empleados, pero necesitaremos contar con otros datos para encontrar los puntos a mejorar.
En este sentido, debes tener claros los mayores ritmos de productividad que puede aportar la maquinaria empleada, de modo que puedas saber si se cumplen o no y en qué momentos se pierde la eficiencia. Por otra parte, necesitas conocer el tiempo estimado de los procesos partiendo de la combinación de todos los factores que intervienen en ellos. Finalmente, ya ponemos el foco en la eficiencia de cada empleado y tratamos de extender al resto las mejores metodologías de cada uno.
Ventajas y desventajas del trabajo estandarizado
En cuanto a los inconvenientes del trabajo estandarizado, cabe indicar que no son demasiados. En primer lugar, hablamos de una filosofía que conlleva un registro muy fiel y constante de todo el proceso productivo, algo que en ocasiones resulta tedioso.
Por otro lado, es cierto que se trata de un plan únicamente aplicable a los empleados que participan en la cadena de producción, pero no al resto de la empresa, lo que conlleva tener que buscar otros modelos diferentes para el resto de departamentos.
Por otra parte, las ventajas que encontramos en la estandarización del trabajo son bastante más claras y concluyentes. En primer lugar, se optimiza la eficiencia en la producción de la empresa, pero no solo eso. También se fomenta el trabajo en equipo al disminuir las diferencias entre los empleados, se ahorra en tiempo y en costes, y resolver los problemas resulta más sencillo, ya que se identifican rápidamente.
Pero la mayor ventaja del trabajo estandarizado reside, sin duda, en las consecuencias de todo lo anterior. Y es que estas mejoras suponen, al fin y al cabo, que el trabajo se desarrolle mejor, más rápido y más económicamente. ¿Y en qué repercute todo ello? En la satisfacción del cliente, que, no te olvides, ha de ser siempre el centro de tu negocio.