¿Necesitas ejemplos de estrategias de precio para tu empresa? Estás en el lugar adecuado. Somos perfectamente conscientes de la importancia de este tipo de operaciones cuando gestionamos un negocio, pero lo cierto es que no siempre resulta sencillo aplicarlas y desarrollarlas a nivel práctico. Si necesitas conquistar al cliente debes ser capaz de asignar el importe adecuado a cada uno de tus productos o servicios, pero, ¿cómo podemos hacerlo?
Puedes seguir varias metodologías diferentes, por eso en el artículo de hoy, además de explicarte en qué consisten estas tácticas, hemos decidido traerte algunos ejemplos de estrategias de precio concretos. Así pues, en las siguientes líneas podrás encontrar las principales filosofías que siguen las grandes empresas para conquistar a sus clientes a través de las cifras.
¿En qué consisten las estrategias de precio?
Aunque es un concepto que se puede intuir fácilmente por su denominación, es importante indicar la temática sobre la cual vamos a profundizar. Y es que, aunque parezca mentira, no todas las empresas cuentan con este tipo de estrategias a la hora de establecer los precios de sus productos y servicios, por lo que nunca está de más explicarlo, ya que se trata de un factor imprescindible a la hora de llegar al cliente y conseguir generar ventas.
En este sentido, nos referimos a las metodologías que se desarrollan en los negocios con el fin de averiguar cuál es el importe adecuado para un servicio o un producto que se desea comercializar. Este tipo de procesos deben darse de manera ineludible cuando se lanzan por primera vez los bienes al mercado, lo que no quiere decir que sea suficiente.
Es interesante mantener una táctica continua que se adapte al target, a unas fechas determinadas o al momento en el que se encuentre el propio producto. Al mismo tiempo, resulta esencial investigar los precios de la competencia para poder rivalizar también en el plano de los importes.
Algunos ejemplos de estrategias de precio para aplicar en tu negocio
Para entenderlo mejor hemos seleccionado algunas de las más importantes estrategias de precio, tomándolas como ejemplo para ilustrar perfectamente en qué consisten estas metodologías.
Estrategia de discriminación
La estrategia de discriminación es uno de los ejemplos de estrategias de precio más utilizados en el mercado. Consiste en aplicar diferentes importes al mismo producto o servicio en función de diversos factores, como el nivel adquisitivo de la población de un lugar determinado, la averiguación de cuánto estaría dispuesto a pagar el cliente en cada lugar o el establecimiento de diferentes cuantías para cada conjunto de clientes.
Estrategia de precio psicológico
Se trata de un método completamente asociado a la percepción social y las emociones de los compradores. Así, vemos productos que resultan caros porque los precios altos se asocian a la exclusividad, mientras que encontramos otros bienes cuya cifra se cierra en ‘99 porque aparentemente resultan más económicos que cuando se ofrece un importe redondo.
Estrategia freemium
Es uno de los ejemplos de estrategias de precio más habituales cuando se trata de comercializar servicios. Consiste en ofrecer a los clientes una cantidad limitada de funciones o un periodo de tiempo determinado, para, en cualquier caso, permitir que los usuarios comprueben los beneficios del servicio en cuestión y decidan extender ese periodo o esas características invirtiendo un importe.
Estrategia de precios basada en la competencia
En este caso, hablamos de un modo de establecer los precios en relación con los competidores de la marca. Es posible ofrecer importes similares y dejar que los gustos del consumidor decidan en cuál invertir, proponer una cifra mayor y ofrecer el producto en mayores cantidades o con más calidad u ofrecerla más baja para compensar las carencias con respecto al rival.
Estrategia de precio por paquete
Podemos hablar de uno de los ejemplos de estrategias de precio más utilizados cuando una marca que ya existe trata de lanzar un nuevo producto al mercado. ¿En qué consiste? En ofrecer bienes complementarios por el precio de uno de ellos o, en cualquier caso, por un importe menor al que correspondería a ambos por separado. De este modo se propicia que el cliente pruebe el nuevo lanzamiento -aunque también resulta recurrente en otras circunstancias-.
Estrategia de valor percibido
Por último, volvemos a centrarnos en aquellas cuantías que los clientes están dispuestos a pagar a cambio de un producto o servicio. En esta metodología, el valor que pueden percibir los consumidores sobre los bienes importa más que los bienes en sí, de manera que consiste en escuchar de manera constante al público para saber cuál es el precio más adecuado para el artículo en cuestión.