¿Quieres saber cuáles son los clientes que hay que dejar ir? En esta nota conocerás los tipos de prospectos que no son rentables y las estrategias para fidelizar adecuadamente y evitar este tipo de problemas.
¿Existen clientes que hay que dejar ir?
Si, definitivamente existen clientes que hay que dejar ir. Son aquellos que se vinculan a generar pérdidas en una empresa: pérdida de tiempo y pérdida de dinero.
A estos prospectos es mejor hacerlos a un lado, pero también es importante que la marca haga una revisión de sus estrategias de fidelización y comunicación para comprender por qué sucede esto.
Es real que algunos consumidores o potenciales clientes son agobiantes y, muchas veces no se sienten a gusto con las compras que realizan o las interacciones que tienen con las marcas.
Sin embargo, muchas veces, aunque cueste asumirlo, el desencanto también se vincula a la forma en que opera una empresa, a los canales de atención, a la falta de respuesta ágil y eficaz, a las malas estrategias de marketing y comunicación, a la poca empatía y a entregas de productos poco favorables.
En definitiva, los clientes que hay que dejar ir existen. A muchos hay que invitarlos a no volver pero otros pueden ser una oportunidad para revisar los procesos de trabajo de todas las áreas o de aquellas que reciben más quejas.
Tipos de clientes que hay que dejar ir
Es importante saber que, por suerte, existe una pequeña minoría de clientes que hay que dejar ir. Podemos distinguir 3 categorías:
Clientes que no pagan
Se trata de aquellos que ocasionan un mayor gasto a la empresa dado que inciden de forma directa en los costes. Perseguirlos para que cumplan con sus obligaciones económicas resulta agotador y, además, genera gastos ya que se deben realizar tareas de cobranza.
Que un cliente no pague cuando corresponde es una pérdida asegurada dado que mantiene en rojo a las finanzas. Es importante diagramar estrategias de pago y optar por plataformas o herramientas de cobro que sean eficientes.
Clientes que generan pérdida de tiempo
No hablamos de aquel prospecto que divaga en nuestro ecommerce sin decidir qué producto comprar, sino aquel que, en reiteradas ocasiones comienza con exigencias, con grandes cantidades de mensajes, con repetidas solicitudes que desbordan la paciencia y demandan a los canales de atención, más del tiempo habitual estipulado.
Clientes siempre insatisfechos
Todas las empresas y marcas pueden tener errores esporádicos que frustren la experiencia de compra o de interacción de los clientes. Si bien es importante aunar esfuerzos por parte de todas las áreas para evitarlo, sin desearlo, algún error puede ocurrir.
Más allá de este tema, existen consumidores de nuestros productos o servicios que siempre se muestran insatisfechos y, casi sin motivo aparente. Estos son clientes que hay que dejar ir rápidamente porque generan pérdidas de tiempo y dinero en la compañía.
Clientes que hay que dejar ir: oportunidad para rever las estrategias de marketing y tecnología
Como hemos mencionado anteriormente, los clientes que hay que dejar ir a veces pueden ayudarnos a optimizar nuestros servicios y mejorar el customer journey. Pueden ser una oportunidad para rever las estrategias de marketing que impulsa la empresa y analizar la tecnología que emplea para potenciar la fidelización.
Por ejemplo, en tiempos de hiperconectividad, la omnicanalidad es un activo para las marcas dado que permite atender las solicitudes de los clientes en aquellos canales donde tengan presencia, uniéndolos en un solo sistema para facilitar la interacción desde cualquier dispositivo y plataforma.
Esta tecnología, como el uso de la IA y de Chatbots pueden ayudar a minimizar la cantidad de clientes que hay que dejar ir en tu empresa ya que estarán 100% satisfechos al recibir respuestas 100% eficaces, desde cualquier lugar del planeta y a cualquier hora.
En definitiva, los clientes que hay que dejar ir son pocos, pero las oportunidades en cuanto a revisión de marca que estas personas nos proponen con sus quejas y malas acciones, pueden ser múltiples y potenciar tu negocio.
¡Déjalos ir, pero escucha a tus clientes! Después de todo, pueden ser un activo para tu empresa.